1.1 Introducción.
Casi
todo el pensamiento medieval fue teología. La fe integraba todo el
saber. La verdad existe, es Dios, eso está en la conciencia del
pensador medieval. Su pensamiento era unitario. Con mayor o menor
acierto estaban de acuerdo en que ambas vías, la de la fe y la de la
razón, se unen, llevan a la misma verdad.
Será
con la Ilustración cuando se dará esa ruptura fe-razón,
Teología-Filosofía. Irán negándose mutuamente, un mundo a otro,
la verdad se limitará a lo que yo puedo conocer por mis fuerzas.
Hablar
de pensamiento medieval, es hablar de Teología. Hay tres modos de
hacer Teología en el medioevo:
* Monástica
* Pre-escolástica
* Escolástica
Estos
tres modos teológicos no sólo son periodizaciones, sino que
representan diversas actitudes intelectuales.
1.2 Las auctoritates.
El
pensador medieval es muy respetuoso con las auctoritas.
No buscan la novedad como hoy día. El genio medieval es el que sabe
avanzar teniendo en cuenta el apoyo de la verdad que le viene de
atrás. Se valora lo que reciben de los autores anteriores, y a la
vez hay progreso. El respeto y aprecio por las autoridades se muestra
en el exponere reverenter,
que es la exposición reverente de las ideas del pensador anterior
cuando se ve que está equivocado en algo.
Las
autoridades
son los Padres y los doctores de la Iglesia. La Sagrada Escritura es
la fuente principal, pero ésta llega en comentarios, etc. También
son autoridades paganas los autores de la herencia cultural clásica.
Hubo que recuperar el saber antiguo, fue lento y laborioso. Etapas de
recuperación de lo antiguo:
* Renacimiento Carolingio.
* Renacimiento del siglo XII.
* Renacimiento del siglo XV.
Es
importante tener en cuenta que los medievales conocían muy poco de
lo antiguo. De Platón no conocen casi nada y creen ser platónicos.
Comienzan desde cero a recuperar los saberes antiguos. La
recuperación es lenta y trae sus problemas. Hay diversas reacciones
ante la herencia cultural pagana. Dos actitudes fundamentales:
1. La teología monástica es
restrictiva en cuanto al empleo de los autores clásicos.
2. La teología escolástica acoge la
filosofía y la ciencia griega, árabe y judía más que la teología
monástica. Dentro de la escolástica hay dos tendencias:
* recibir a San Agustín y su
herencia del neoplatonismo (autor tipo: San Buenaventura)
* concepción que busca una
elaboración de la teología de modo científico (autor tipo: Santo
Tomás)
2.0 Teología monástica.
2.1 Noción de teología monástica.
El
primero que sugiere el nombre es el monje J. Leclercq. En 1946 lanzó
el nombre y acuñó la idea de una teología
monástica.
Gilsón,
que siempre ha ido por delante en todo, en su obra Teología
mística de S. Bernardo,
mostró que S. Bernardo en sus escritos presenta una autentica
síntesis teológica.
Forest
habla de autores monásticos
con lo que utiliza ya la terminología.
H.
De Lubac habla de que antes de la escolástica había otra teología
que llamó Patrística.
O.
Lottin habla de una teología monástica
y otra clerical.
M.
D. Chenu emplea también la terminología monástica.
El
concepto se fragua durante años. Otro nombre para esta teología
monástica es el de Teología
Bíblica, pero este
término es confuso. Gilsón también utiliza el de Teología
Patrística, pero no es
exacto.
Más
tarde J. Leclercq, en su obra Cultura
y vida cristiana, vuelve a
preguntarse si la cultura
monástica posee
caracteres propios y cuáles sean éstos. Admite que ese período
jugó un papel decisivo en la preparación de la teología
escolástica del siglo XIII.
«Todos los escritos del s. XII
prepararon los del siglo XIII. Pero lo hicieron en forma diversa,
puesto que eran diversos. Unos eran ya escritos escolásticos,
pertenecientes a la Pre-escolástica, pero otros no lo eran en
absoluto. El método escolástico está caracterizado, no por la
utilización de Aristóteles, sino por los procedimientos escolares
aplicados a la sacra
pagina, y en especial por
la quaestio.
Escolástico es, por definición, un maestro de escuela, es decir,
alguien que enseña en una escuela. Se dan en el siglo XII dos clases
de escuelas, escuelas de monjes y escuelas de clérigos. Por lo
general, los monjes adquirieron su formación religiosa no en una
escuela, bajo un escolástico, por medio de la
quaestio, sino
individualmente, bajo la dirección de un abad, de un padre
espiritual, por la lectura de la Biblia y los Padres. De tendencia
contemplativa. Las escuelas de los clérigos son muy diferentes. En
ellas nace la Teología Escolástica. Los hombres del siglo XII
tuvieron conocimiento claro de esta distinción. Los medios
monásticos y escolásticos no están habitualmente en oposición,
presentan contraste, pero están en relación el uno con el otro. La
Escolástica trata de un saber, y el medio para alcanzarlo era la
quaestio. Se definen
términos y se proponen divisiones. En el método monástico, el
objeto es el discurso
contemplativo. No está
ordenado a la ciencia, sino a la espiritualidad, exige se sobrepasen
los medios racionales. Supone un don de Dios, una gracia. El que
enseña es Dios. Es a Él a quien hay que orar. No hay teología sin
oración.» (J. Leclercq, Cultura
y vida cristiana).
La
teología de los monjes no estaba desconectada de la de los clérigos,
pero es otro mundo. La estructura de los monjes al teologizar es más
parecida a la oriental, más espiritual y mística. Hay una cierta
continuidad. Algunos puntos de contacto son:
- La terminología: aunque algunos conceptos son entendidos de modo distinto; por ejemplo: Teología, para los monásticos, es el estado del alma en oración que traduce su contemplación de los misterios divinos. Unida a la experiencia, la vida litúrgica, los escritos espirituales y la búsqueda de santidad.
- Los temas: éstos son, para las dos teologías, las grandes ideas centrales de la fe. A los monásticos les interesan más como misterios en los que profundizar que como hechos históricos.
- El lenguaje: suele ser místico, tomado de los monjes orientales.
- Tienen las mismas fuentes: la Biblia. En los monásticos es el origen de la lectio divina, una lectura que es oración, meditación. El monástico contempla: la lectio, el escolástico se pregunta: la quaestio.
Hay
pues una Edad Media Escolástica y una Edad Media Monástica.
En
otro artículo J. Leclercq se plantea que lugar ocupa S. Bernardo.
Dice que en los primeros siglos medievales no hubo mas que teología
monástica, alimentada por los Padres. Es la Patrística sin
herejías, sin combates. Es lo que los Padres hubieran hecho sin
guerras heréticas. Poco a poco se fue desarrollando la dialéctica.
A finales del siglo XI, principios del XII, hay ya dos tendencias,
una más contemplativa y otra más intelectual. De esta segunda nace
la Escolástica. San Anselmo de Canterbury será el último intento
de unión. Poco a poco se separarán cada vez más.
Monásticos
s. XII Intelectuales
s. XII
-
San Bernardo - Anselmo de Laón
-
Guillermo de Saint-Thyeri - Gilberto de Poitier
-
Ruperto de Deutz - Pedro Abelardo
-
Arnaldo de Bonnevall - Pedro Lombardo
-
Hugo de San Víctor - Alain de Lille
-
Isaac de la Estrella
-
Pedro el Venerable
Hay
diferencias entre las dos tendencias: en las fuentes y, en la mayor o
menor conexión con oriente en la tendencia contemplativa.
Los
monjes no desconocen la teología escolástica. En la teología
monástica no les interesa una teología abstracta que trate de
desentrañar por preguntas el dogma. Para ellos comprender
y amar
es lo mismo.
En
cuanto al método la monástica tiene un gusto más por lo concreto,
por la síntesis, conducida a Dios, oración. La escolástica es más
especulativa, tiende hacia el discurso y la lógica, el análisis. El
problema que tiene la escolástica es que al desmenuzar los temas, se
pierde la visión de conjunto. La monástica es oración y
contemplación, reflexión de la vida.
2.1.1 San Bernardo.
Lo
que está en cuestión es si la Teología Monástica es teología o
no. Si San Bernardo es teólogo o no. Unos contemporáneos le citan
como tal, y otros le descalifican. Los teólogos escolásticos de la
época son: Pedro Abelardo y Gilberto de Poitier.
Sigue
a los Padres; los vive, no sólo los cita.
San
Bernardo no escribe en estilo polémico sino que medita. Tan solo se
conocen dos sermones que podrían considerarse polémicos. Durante
tiempo se han estudiado solamente sus pocas obras polémicas,
ignorando su grandeza.
Para
él pensar sobre Dios es rezar, lo demás es un estudio frío y
desencarnado que no tiene sentido.
Le
citan, copian y leen numerosos autores de la teología monástica.
Se
dice de él que es el último de los Padres. Ha transmitido el mundo
de la patrística al mundo escolástico del siglo XVIII.
Hay
también un cierto numero de autores que critican su estilo y la
teología monástica en sí. Dicen que es negativo el rechazo de las
ciencias, ya que impide el desarrollo de la teología. Le consideran
de tendencia platónica (por el rechazo del cuerpo, vida negativa,
etc.).
2.2 Fuentes de la teología monástica.
La
Sagrada Escritura. Los monjes leen y meditan la Sagrada Escritura en
la Liturgia.
La
Liturgia, alimentada de las obras de los Padres.
Los
Padres.
Las
Reglas Monásticas, sobre
todo las de San Basilio y San Benito.
Algunos
textos bien seleccionados de algunos teólogos.
2.3 Objeto de la teología monástica (el tema).
El
tema es el mismo de su meditación, la unión del hombre con Dios.
Les interesa lo que es importante para la salvación, lo demás es
superfluo. Es muy importante la caridad, el amor a Dios y al prójimo.
2.4 Método o Actitud.
Combinación
de meditación de textos y oración. Es lo que llaman la lectio.
Leen la Escritura rumiando las palabras para así asimilarlas en todo
su sentido. Es como el alimento del alma. Continuación de la
tradición clásica. Estos textos llevados a la oración llevan a la
contemplación. No es una crítica, sino una toma e integración de
la Palabra de Dios. Desprecian la razón, no la inteligencia, sino la
crítica raciocinante, porque lo que se maneja es Palabra de Dios.
2.5 La interpretación alegórica.
2.5.1 La Biblia.
Es
propia de la Edad Media, dándose principalmente en la teología
monástica. Ya existente en la tradición cristiana. Los primeros
cristianos intelectuales se formaron en los grandes centros, entre
ellos Alejandría, donde Filón empleaba mucho el método alegórico
aplicado al Antiguo Testamento. De Filón pasa a Orígenes, de éste
a los Padres, etc.
Hay
cuatro sentidos de interpretación de la Biblia:
1. La littera
o historia; la relación de los hechos.
2. La tipología o alegoría; las
verdades de fe simbolizadas.
3. La tropología o sensus
moralis; la significación
moral para nosotros ahora.
4. La anagogía o sentido
escatológico.
A
veces se distingue entre el sentido literal y el alegórico o
espiritual, entendiéndose por este último la tipología, tropología
y anagogía.
“Littera
gesta docet quid credas allegoria moralis quid agas quo tendas
anagogia”.
La
teología monástica no se detiene mucho en el sentido literal, sino
más bien como apoyo a la interpretación alegórica.
2.5.2 La literatura profana.
Para
los medievales es fundamental el que la palabra de Dios es la verdad;
citar la Biblia es citar la verdad. En los autores profanos esto no
es así; en ellos aparecían temas mitológicos, temas inmorales,
etc. Los autores cristianos buscarán interpretar de modo alegórico
diversos pasajes de obras profanas.
2.5.3 La naturaleza y el hombre.
Los
autores cristianos tienen una mirada alegórica de la naturaleza. La
consideran como un libro abierto que nos enseña.
2.6 Los géneros literarios de la teología monástica.
2.6.1 El género histórico.
2.6.1.1 Las historiae y las gestae.
Los
monásticos viven de una Regla escrita en el pasado, la cual se
esfuerzan por mantener: viven orientados hacia el pasado. Están
interesados en salvar las tradiciones antiguas. Tienden a sacralizar
la historia (los gesta
suelen ser gesta Dei)
y su interés es dar gloria a Dios.
2.6.1.2 La hagiografía.
Es
una forma de historiografía muy practicada por los monásticos.
Escriben vidas de santos para dar gloria a Dios y para propagar
modelos que puedan edificar y ayudar a cristianizar la sociedad. A
partir del siglo XII se utilizará la hagiografía para ayudar a
obtener la canonización de los santos.
2.6.2 Los sermones.
También
conocidos como collatio
o conferentia.
No
es un género único de los monjes, aunque el sermón monástico es
distinto. Son frecuentes los sermones sobre pasajes de la Biblia,
sobre la Regla o sobre alguna obra patrística.
A
veces el sermón está compuesto a base de notas tomadas por los
oyentes (reportationes).
Tienen una finalidad práctica, pero cuando son sermones para ser
leídos se cuidan más y tienen más profundidad teológica.
2.6.3 Las cartas.
Este
género tampoco es único de los monjes.
Se
cuidaba mucho el estilo. Algunas son pequeños tratados.
2.6.4 Los Florilegios.
Etimología:
flor
+ legere.
Son colecciones de extractos; citas o pensamientos que merecen ser
conservados. Los que más abundan son los de textos ascéticos.
Estudiándolos se aprecia cuales eran las autoridades que influían
más en el momento en que se escriben.
2.6.5 El Comentario de la Escritura.
Es
el género por excelencia de la teología monástica. Se lee la
Biblia con una perspectiva de salvación. El libro monástico más
comentado era las Sentencias
de Pedro Lombardo.
2.6.5.1 Características de la interpretación monástica.
1. exégesis por reminiscencia:
consistía en comentar un texto usando otro en el que se encuentra la
misma frase o palabra; se hacía de memoria, de modo espontáneo, por
lo cual hay lagunas.
2. exceso de literalismo: intentar
atribuir a cada palabra un sentido, y no sólo a cada palabra, sino
también a cada ausencia de palabra.
3. interpretación radical:
se dio en algunos casos; el representante más destacado es Joaquín
de Fiore.
2.6.5.2 El razonamiento escriturístico: el razonamiento por concordancia, la interpretación de los nombres hebreos y la interpretación etimológica de las palabras latinas.
El
razonamiento por concordancia escriturística: se buscan textos para
apoyar y decir lo que el autor quiere decir. Ejemplo: Itinerario
de la mente a Dios de San
Buenaventura. De esta forma se elabora todo un razonamiento lógico a
base de palabras de la Escritura.
La
interpretación de los nombres hebreos: se cambia la palabra
extranjera por su traducción y entonces se elabora sobre esa
traducción. Algunas veces se da el nombre y la traducción (por
ejemplo, Jacob, luchador); otras sólo se da la traducción sin
mencionar el nombre original.
La
interpretación etimológica de las palabras latinas: se parte del
hecho de que los nombres expresan la esencia de las cosas; comprender
la realidad es comprender su nombre; esto está presente en la
tradición antigua secular y bíblica (esto se muestra en la
costumbre de cambiar de nombre cuando se cambia de vida o de estado).
3.0 Dialéctica y Teología.
La
Dialéctica es el uso de la lógica (leyes del pensamiento humano) en
la discusión; es el arte o disciplina de las disciplinas.
En
Teología, consiste en aplicar las leyes de la razón a la
Revelación, a sus datos. El peligro está en el intento de reducir
el Misterio a leyes del entendimiento humano y rechazar todo aquello
que no sea lógico.
El peligro está en la pretensión del hombre de comprenderlo todo.
3.1 Los primeros siglos.
3.1.1 Dialéctica y herejía.
El
empleo de la dialéctica en Teología es tan antiguo como la misma
Teología. Comienza con los argumentos dialécticos de los primeros
siglos. Los Padres la identifican de un modo sicológico con la
herejía. La dialéctica se convierte en fuente herética. Pero
resulta que los adversarios utilizaban la dialéctica, por lo cual
los Padres también tuvieron que usarla para defenderse.
3.1.2 San Agustín.
San
Agustín es partidario del empleo de la dialéctica contra los
adversarios herejes. En su obra ÓDe
doctrina Christiana
dedica un capítulo a la dialéctica y dice: «La ciencia de la
Disputatio
es la más importante para tratar las cuestiones de todo género que
presenta la lectura de la Sagrada Escritura».
3.1.3 Boecio.
Boecio
tiene unos escritos teológicos donde utiliza argumentos dialécticos
muy claros. Primero clarifica la cuestión y después la resuelve
utilizando los conceptos y el método riguroso de la lógica.
3.1.4 Casiodoro.
Casiodoro
dice que todo el conocimiento humano se encuentra en la Biblia, al
menos en su origen. Los paganos han elaborado ciencias como la
Gramática, Retórica, Dialéctica, Geometría, Aritmética o Música,
pero el germen estaba ya en la Sagrada Escritura. La Biblia es lo
esencial. Se encuentra en la línea de San Agustín. Tiene un
peligro: niega la capacidad del entendimiento humano.
3.2 Desde el Renacimiento Carolingio.
3.2.1 Institucionalización de las artes liberales.
Movimiento
cultural que se dio en el reinado de Carlomagno. Se estabilizó el
esquema de estudio del trivium
(las artes liberales: gramática, retórica, dialéctica) y el
quadrivium
(las ciencias: aritmética, geometría, astronomía, música) según
la inspiración de Casiodoro. Se consideran una preparación para la
teología.
3.2.2 Alcuino de York.
Alcuino
de York le da una gran importancia al uso de la dialéctica en la
teología. En su obra Dialectica
escribe que la filosofía
puede ser ciencia u opinión, y que se divide en Física, Ética, y
Lógica o Dialéctica. Identifica la Dialéctica con la Filosofía,
que explica el por qué de las cosas, que entiende las cosas.
3.2.3 El siglo X.
Gerberto
de Aurillac, monje, enseñó como maestro en una escuela catedral.
Llegará a ser el Papa Silvestre II (999-1003). Reintrodujo las obras
de Boecio para la enseñanza e hizo un comentario de estas.
Fulberto,
obispo, introduce las obras de Boecio en la escuela de Chartrés.
3.3 La Dialéctica en el siglo XI.
3.3.1 Dialécticos y Antidialécticos.
Se
da un despertar de la vida intelectual que cuajará en el siglo XII.
La situación política y económica va mejorando. Todo el esfuerzo
especulativo se concentra en la dialéctica. En algunos autores se
producen fanatismos. Se produce la polarización entre dialécticos y
antidialécticos. San Pedro Damián era antidialéctico. Berengario
de Tours era hiperdialéctico.
3.3.2 Lanfranco de Pavía.
Lanfranco
está en la vía media entre dialécticos y antidialécticos. Es un
converso que pasa de ser un apasionado de la dialéctica a ser un
estudioso de la teología. Rechaza el uso de la dialéctica pero la
utiliza algunas veces.
3.3.3 San Anselmo de Canterbury.
3.3.3.1 Novedad de la teología anselmiana.
Con
San Anselmo surge una teología nueva. “Un monje que ama la
dialéctica” como instrumento de reflexión. Renueva la Teología.
Apasionado del razonamiento. Es un primer intento de unir los dos
mundos, el de la oración y contemplación con el de la dialéctica y
la quaestio,
que está naciendo. Siendo un apasionado de la dialéctica, logrará
profundizar en la fe.
3.3.3.2 Las razones necesarias.
Se
inspira en San Agustín. En San Anselmo el “crede
ut intelligas et intellige ut credas”
de San Agustín pasará a ser el “fides
quaerens intellectum”.
No es razonar para llegar a la fe, sino que de salida ya se cree y se
pasa al interrogarse.
Quiere, con la razón, penetrar mejor en la fe y la Revelación.
Aporta la reflexión a la oración. Es Teología escrita en oración
con una gran especulación.
Busca
darle a la fe una justificación interna a base de razones evidentes
por sí mismas: son las razones necesarias. Partiendo de la palabra
de Dios busca razones para conocer mejor el misterio en el que él ya
cree y del que está convencido. Son razones necesarias no en sentido
lógico sino teológico, necesarias dentro de la conveniencia de la
realidad de Dios.
Profundizar
en el misterio sin querer descifrarlo. Distingue entre enigma y
misterio. El enigma es algo que se puede llegar a descifrar; el
misterio es un exceso de verdad, es inabarcable. Él sabe que la
razón es más eficaz penetrando el misterio divino cuando está
dirigida por el amor y dirigida al Amor.
En
el Monologion
(1076) (monólogo, soliloquio) bajo forma de meditación expone los
resultados obtenidos en estilo simple. No tiene en cuenta la Sagrada
Escritura, sino que saca toda la fuerza de su argumento de la
disputatio.
En
el Proslogion
habla de las pruebas de la existencia de Dios. A veces se pone en el
lugar de alguien que no cree y pretende demostrar la existencia de
Dios desde ese punto de vista. El argumento ontológico trata de ser
una respuesta desde la misma inteligencia a la prueba de la
existencia de Dios: si Dios es el ser máximamente perfecto, ese ser
tiene que existir necesariamente. Intenta ser un argumento desde el
mismo pensamiento, argumento a
priori, a partir de la
misma definición de Dios.
Ofrece
un desarrollo, según razones necesarias, del misterio de la
Santísima Trinidad.
3.3.3.3 Cur Deus homo.
En
su obra Cur Deus homo
(1098) (¿por qué Dios se
ha hecho hombre?) nos
dice: «Sabemos que una
Persona Trinitaria se ha encarnado, pero ¿por qué?...». Expone:
1. La necesidad de la Redención del
hombre.
2. Las distintas modalidades en que
pudo haber sido salvado el hombre.
3. Con verdades racionales muestra
que era imposible salvar al hombre sin Cristo.
4. Cómo era necesario el
hombre-Dios. Tiene que ser hombre porque son los hombres los que han
ofendido a Dios. Tiene que ser Dios porque al que se había ofendido
era a Dios y esa falta infinita requería una reparación infinita
que sólo Dios podía realizar.
En
San Anselmo están presentes los conceptos de su tiempo, como por
ejemplo la noción de honor. San Anselmo lleva esta noción a la
relación Dios-hombre, y al pecado. Hay que volver a recuperar el
honor de Dios. Tiene que ser reparado mediante la Redención. Hay que
restituir según la magnitud de la falta cometida. Tiene que
restituir un hombre, pero a la medida de un Dios. La sola reparación
posible es la que viene de un hombre-Dios.
3.3.3.4 Visión de conjunto.
Sus
escritos teológicos son muchos pero no escribió una teología
completa, sistemática. No podía hacerlo, no era el momento. Escribe
obras monográficas.
Se
puede decir que San Anselmo es el mayor teólogo especulativo desde
San Agustín hasta Santo Tomás. Está limitado por no conocer una
filosofía completa. Se adelanta a su época. Tuvo discípulos en
Inglaterra, pero después de su muerte no continuarán. Sólo cien
años después sus obras entraran en la Escuela. Su mundo es el mundo
monástico y sin embargo hace una teología digna de la escolástica.
3.4 Textos de Lógica y Dialéctica al comienzo del siglo XII.
Hasta
el siglo XII los textos de filosofía eran bastante reducidos. No
todas las bibliotecas disponían de todas las obras. Las básicas
eran: Organon
de Aristóteles, Topica
de Cicerón, los Comentarios y obras de Boecio y otros manuales
espúreos. Todo este bloque de textos recibía el nombre de logica
vetus.
3.5 La Escuela de Laón.
3.5.1 Anselmo y Raúl de Laón.
A
comienzos del siglo XII, surge la escuela de Laón. Se inicia con el
Renacimiento Carolingio y en el 1140 es la más importante del mundo.
Se convirtió en una floreciente escuela. La dirigen dos hermanos:
Anselmo y Raúl.
Anselmo
fue un gran comentarista de la Escritura. La comenta introduciendo
doctrina en los comentarios. Hace una interpretación más literal
(frente a la alegórica de la teología monástica).
Pronto
acuden a la escuela de Laón numerosos alumnos, entre ellos, Pedro
Abelardo. Esta escuela va a marcar el paso de la Teología Monástica
a la Escolástica.
3.5.2 La Glossa biblica.
Glossa
biblica son los
comentarios que se han ido haciendo al texto bíblico explicando los
versículos. Pueden ser comentarios marginales
(escritos al margen) o interlineales
(escritos entre las líneas
del texto bíblico). Es una especie de riada que va engordando el
texto, sin saber qué autor aporta cada cosa.
La
escuela de Laón hace comentarios a la Biblia. Más tarde serán
autores particulares los que lo harán. Poco a poco los comentarios
se van unificando y en lugar de que hayan muchos comentarios del
mismo texto se van consolidando en uno.
En
el siglo XIII, para la época de la Universidad de París, aparece la
Glossa biblica o
Glossa ordinaria que es
como el comentario oficial, canónico, de la Biblia. No tenemos
acceso a la Glossa
ordinaria pero sí a una
que se le atribuye a Estrabón, con la misma estructura de la Glossa.
(La Glossa ordinaria
existe pero es monumental, no está editada ni traducida.)
3.5.3 El método de Laón.
Representa
un primer esfuerzo por sistematizar, por la influencia de la
dialéctica y por la confluencia de circunstancias que lo hacen
posible. La escuela de Laón, empieza a sistematizar la teología, a
ordenar lo que poseen. Formas:
* Recopilaciones de sentencias;
* Monografías de temas concretos;
* Compilaciones sistemáticas de
material teológico.
En
los comentarios a la Escritura comienzan a aparecer, cada vez más,
las quaestiones (preguntas)
que se apoyan sobre textos de la Escritura y sobre las auctoritates.
Anselmo trata de consolidar los comentarios de diversas fuentes,
buscando reconciliar posiciones diversas y a veces opuestas. Pedro
Abelardo lo completará.
El
plan de Anselmo es aún muy primitivo. En esas colecciones
sistemáticas comienza tratando temas como Dios y mundo, Creación,
demonio y caída del hombre, Redención. Descuidan otros temas como
la teología Trinitaria, la Sacramentaria y la Escatología.
El
hermano de Anselmo, Raúl de Laón, pasa a ser director de la Escuela
a partir del año en que muere Anselmo (1117). Al morir Raúl en el
1135, la Escuela va perdiendo importancia y decae. La Glossa
pasará a otra escuela, la de Auxerre, hasta que surge París y
desaparecen todas las escuelas.
3.6 Pedro Abelardo.
3.6.1 Mundo cultural y formación de Abelardo.
Nos
ha dejado su biografía, Historia
Calamitatum. Era una
inteligencia privilegiada, se adelantó a su época. Recibe su
formación a base de la logica
vetus (el trivium
y el quadrivium).
En esa época se estudian los escritos de los Padres, sobre todo los
latinos. Comienzan a llegar los griegos.
3.6.2 De la Dialéctica a la Teología.
Es
Abelardo el que empieza a hablar de Teología en una obra suya que se
titula Theologia
Christiana. La materia
prima para su trabajo la constituye el AT, el NT, los textos
litúrgicos y textos de los Padres, sobre todo los latinos. Ve la
necesidad de usar la Dialéctica en la Teología para exponer los
temas, para conciliar textos teológicos divergentes, y para
justificar racionalmente las fórmulas de la fe.
La
importancia de Abelardo es decisiva en la historia del método
teológico. Su método se caracteriza por los siguientes puntos:
1. La interrogación.
En sus obras Logica de
Ingredientibus y Sic
et non dice que la
primera llave de la sabiduría es la interrogación frecuente.
2. Desarrollar la dialéctica como
instrumento para exponer y solucionar los problemas. Su teología es
casi una filosofía del lenguaje, aplicada a la Sagrada Escritura.
3. Su método se caracteriza por la
dialéctica de la razón. Esa razón es criterio de autoridad, puede
prevalecer sobre la autoridad. Sin embargo, la razón no es el
criterio de lo que se debe creer. En ese sentido lo primero no es la
razón sino la fe, pero la razón debe ir lo más lejos que pueda, es
la crítica.
3.6.3 El Sic et non.
Obra
muy importante para la teología. Consiste en una serie de citas de
los Padres y de autores eclesiásticos que parecen contrarias.
Diversidad de opiniones aparentemente contradictorias. Sacó a la luz
gran número de estas divergencias, en todos los temas. No es que él
sea el primero que se da cuenta de esto, sino que es el primero que
presenta un número tan grande de divergencias y contradicciones
sobre tan diversos temas. Lo hizo con buena intención. Quería
mostrar a sus alumnos cómo se plantea un problema y el modo de
solucionarlo.
Presenta
cinco reglas para la interpretación:
1. Interrogar la autenticidad del
texto; crítica textual (ver las corrupciones, interpretaciones y
fallas de los copistas); analizar el texto.
2. Analizar la significación de los
términos. Puede haber términos cuya significación haya variado con
el tiempo.
3. Interpretar los textos de un autor
en función de los pasajes paralelos.
4. Distinguir las sentencias del
autor y las sentencias de aquél a quien se refiere el autor.
5. Examinado el texto, si se ha
interpretado bien, intentar clasificarlo según el grado de
autoridad, es decir, darle un valor para la tradición a ese
testimonio.
3.6.4 La dialéctica de Abelardo.
Abelardo
es un maestro de la dialéctica, la cual aplicará a la teología. A
la vez Graciano está sistematizando el derecho canónico. No se sabe
bien quién influye en quién.
Abelardo
combate tanto a los que han abusado de la dialéctica
(hiperdialécticos) como a los que se oponen a ella. Para él la
dialéctica es tan importante que la llama guía de todo el
pensamiento. La dialéctica es el método para distinguir la verdad
de la proposición; es su método tanto para aprender como para
enseñar; con ella se garantiza el carácter científico de lo que se
enseña. Abelardo no elabora un sistema, sino que emplea un método
que dará lugar posteriormente al sistema.
3.6.4.1 Relación entre razón y fe.
En
su obra Theologia
Christiana distingue
dos formas de saber: intelligere
y comprendere
(cum
+ prendere,
prenderse con, o apoderarse).
Dios no puede ser objeto
de comprensión por parte del hombre. No es abarcable. A Dios sólo
se le puede intelligere.
La
razón humana se pregunta por todo aquello que se puede entender. San
Anselmo también lo hizo. La diferencia entre los dos es la actitud.
San Anselmo escribe orando, es un contemplativo. Abelardo está
solamente pensando y razonando, aunque no rechaza la búsqueda de la
santidad ni la contemplación.
3.6.4.2 Relación entre razón y auctoritates.
Respecto
a las autoridades,
en su obra Diálogos
entre un cristiano y un judío,
afirma que los juicios de
las autoridades
no son infalibles. La razón prevalece si vemos que una autoridad se
ha equivocado. La razón es soberana, está por encima en todas las
ciencias menos en la Teología, en la que la soberana es la fe puesto
que la teología supera a la razón. La razón no responde a los
misterios de fe. Su actitud fue muy criticada en su época.
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